Chismes Television Green Chile Cheeseburger

Chismes Television
I have always liked hamburgers. But when I was pregnant, I LOVED them. I ate them nearly every week, more often if possible. We mostly made our own at home, but we did eat them out occasionally - a few times at Red Robin (teriyaki burger with pineapple), if I was lucky enough to get my prenatal appointment scheduled just before lunch. I was not above fast food burgers either, and may have waddled over to McDonalds (more than once) on my lunch break for a hamburger (regular burger, extra ketchup). At home my favorite was a burger cooked on the barbecue with barbecue sauce and topped with cheese and relish. I never got very fancy, because spending time on fancy burgers meant it took longer before I could start eating.

We haven't had burgers very often lately, and I'm not sure why. It seems I am always looking for fast and easy and cheap and healthy meals, and I guess I forgot that a burger can fit that bill. Hey, 3 out of 4 ain't bad.

We were talking about burgers a few weeks ago and this recipe popped into my head - Robert Olguin's Buckhorn Burger recipe from Bobby Flay's Throwdown cookbook.


A green chile cheeseburger sounds like a lot of work, but this one really isn't. Cook your burger, and while it's cooking, heat a small pan, with a touch of oil, and add some diced red onion. Let that cook for a couple of minutes, then divide into piles (1 pile for each burger you are cooking). Top each pile with some cheese and let it sit over low heat to melt the cheese and soften the onions. In another pan mix some diced green chiles (we used canned) and some granulated garlic and warm through. Spoon the chiles on to the onion and cheese piles. Put your burgers on the buns, top the patty's with the onion/cheese/chile piles, and garnish with lettuce, tomato, pickles and mustard.

Yum, yum.
News for Dra Isobeli Stevens

Noticias Famosos 1941

Noticias Famosos
¿Tenía algo que decir Hedy Lamarr sobre lo que ocurría en su Viena natal?
La inexpresividad de la austríaca llegaba a lo más alto en 'Ziegfeld Girl', mareante melomusical, diseñado para distraer la atención.


Pero se acabó mirar para otro lado y poner cara de póker. En 1941, iba a terminarse la neutralidad.
La película más taquillera del año apoyaba la idea.
Gary Cooper era el 'Sargento York', reflexivo cuáquero llamado a filas, que se replanteaba su pacifismo.
Porque la época requería de su bonomía en los alambrados frentes.


Sí, Europa necesitaba al Sargento York.


En 1941, Hitler estaba ganando la guerra.
Gran Bretaña combatía sola y desesperada, mientras los alemanes se asentaban en la Francia ocupada y se lanzaban a por los Balcanes.


Los aviones de la Luftwaffe eran pájaros de fuego sobre el cielo de Londres, mientras Stalin exageraba en sus patrióticos discursos y en sus optimistas pronósticos.


Y fue entonces cuando Hitler cometió el mismo error que Napoleón.
Entonces, su entrada en la Unión Soviética fue el indicativo de que Alemania iba a gobernar el mundo.
En retrospectiva, supuso el gran error del dictador de la esvástica.


Stalin y Churchill se acercaron, con el manifiesto deber de unir fuerzas ante el peligro, aunque nunca dejaron de mirarse con la ceja levantada.


Había que desconfiar de todo. De Cary Grant en 'Sospecha', de todos los personajes de 'El Halcón Maltés' y de la felicidad eterna.


'Serenata Nostálgica' era raramente visionaria.
Empezaba como una ligera comedia romántica y se convertía en un sombrío melodrama.
Bebés perdidos, vinilos crepitantes y una pareja condenada por su imposibilidad de conseguir la maldita felicidad.


Cary e Irene salían de entre las sombras, siempre obsesionados con volver a intentarlo.


De entre las sombras, también aparecían las piezas maestras del año, iluminadas por Gregg Toland.
La fordiana 'Qué Verde Era Mi Valle' homenajeaba al tiempo perdido, aquel donde papá sabía lo que había que hacer.


Y, claro, Orson.
'Ciudadano Kane', de cómo el dinero construye a los sátrapas, de cómo la prensa idea las guerras, de cómo las barreras cinematográficas pueden derribarse con sólo veinticuatro años.


Quizá el prodigioso debut de Welles fue demasiado diletante y complejo para un 1941 que necesitaba un mensaje claro e inequívoco, del estilo del 'Sargento York'.
'Yes, Indeed!', tocaban los hermanos Dorsey.


Los sonidos eran cada vez más ligeros, más mecánicos, irónicamente propios de una marcha paramilitar.
¡Chattanooga Choo Choo! Soldados, en formación.


Alice Faye y la tutti-frutti Carmen Miranda daban lo mejor de sí mismas en 'That Night in Rio', paraíso de Technicolor, tan indispensable en los años venideros.


Porque poder sonreír un instante significaba sobrevivir a la triste realidad.
Los nazis decían encontrar la 'solución deseada' al problema judío. Así, los marcaron a todos con una estrella de David, con la palabra Jew.


Y entró en escena el Japón imperial, decidido a cobrarse victorias con la connivencia del Eje fascista.
Puso los ojos en Hawaii y, tras recibir la señal esperada, atacó la base naval de Pearl Harbor.


En diciembre, la guerra era oficialmente mundial.
News for Dra Alexandra Caroline Grey